08 noviembre, 2006

Los Libros Olvidados

Cierro los ojos y me veo ahí... de 9 años frente a la gran biblioteca de casa, un mundo entero de aventuras y emociones, sin embargo, ahí abajo los únicos libros que alcanzaba eran los pequeños de la primera y segunda gaveta, y aquellos que estaban en el suelo y nadie quería ordenar, sin embargo aquellos que llamaban mi atención eran los libros de las ultimas gavetas, esos libros que se veían enormes y lustrados con signos que no podía entender, símbolos para mi mágicos y arcanos (ahora se que son caracteres griegos, árabes y hebreos). A pesar que nunca tuve uno de esos grandes empastados en mis manos (hasta hoy). Esos libros encendían mi imaginación más que cualquier otra cosa porque podían tratar de lo que yo quisiera, y así eran las historias más heroicas que podían existir y tenían los finales más emocionantes de la historia. Cuando nadie miraba, yo podía pasar horas frente a la los estantes de la biblioteca, sentado en el suelo, imaginando, creando. Entre ellos había un libro color ocre, y tan grueso como el ancho de una manzana, eran las obras completas de un tal Miguel, que en su interior, según mi padre, contenía “la historia más hermosa y mejor terminada de la historia del habla española” que trataba de un hombre que enloqueció con las historias de caballeros andantes y decidió convertirse en uno, creando aventuras donde no las habían, de alguna forma podía identificarme con aquel personaje a pesar de no haberlo conocido nunca. También estaban esos tres libros negros como la noche y aun más llenos de misterio, en cuyo canto apreciaba símbolos dorados de significado arcano, una vez escuche a mi madre decir era un libro que trataba de una muchacha que para evitar la muerte contaba historias y cuentos, lo que llego a hacer durante mil y una noche. Y así también estaba ese enorme libro rojo y brillante que decía W. Shakespeare, yo sabia que era el autor de La tragedia de Romeo y Julieta y Sueño de Verano, pues eran obras que yo alguna vez había ido a ver al teatro con mi madre. Y estaba ese libro gris y negro que no se no todos podían leer por que estaba en ingles, si no me equivoco eran las obras oscuras y tenebrosas de Poe. Estaban también esos tres inmensos libros juntos, uno rojo uno verde y uno azul, de cuyo canto y desde abajo solo alcanzaba a leer “Sir Arthur Conan Doy...”. Y así se formaban decenas y luego cientos de libros en las últimas gavetas, libros enormes con olor a cuero, grasa y polvo, brillantes y opacos, claros y oscuros usando todos esos colores que le dan a un libro ese aspecto de importancia y solemnidad. Recuerdo cabalgar con Don Quijote y salvar a Schahrasad, la princesa cuenta cuentos, también recuerdo resolver misterios con Sherlock Holmes, ayudar a Hamlet a descubrir su verdad, y enamorarme trágicamente de la difunta Eleonor, todo esto años antes de poder, siquiera, leer alguno de estos libros, todo esto sin haber tocado o ojeado alguno de ellos... Después de unos años, perdí interés, nunca llegue a leer alguno de estos libros empastados, claro leí esos autores en libros de papel café escolar y mal impreso, libros que me regalaron o compre en alguna polvorienta librería, pero lo que respecta a esos libros en particular, los arcanos tomos de cuero, libros que fueron impresos antes que yo naciera, la mayoría antes que mi padre o mi abuelo nacieran, no supe nada durante años hasta hoy... el día en que mi padre con luz en sus ojos me miro y dijo: “¿recuerdas los libros de la vieja biblioteca? He vivido orgulloso de aquella pequeña biblioteca... ahora es tuya... toda tuya.”

20 septiembre, 2006

Los dibujos en el vidrio del auto

Ambos sentados en el asiento trasero de la camioneta, el sueño, la fatiga y el alcohol mantienen mi mente nublada, tan empañada como el vidrio en el que imprimo dibujos con mis manos (en este momento termino un a sonrisa mientras borro un corazón que acabo de terminar)... ¡Oh! Si, en este momento me es imposible pensar con claridad o en tocarme en aquello que me rodea, es exactamente lo que buscaba hacer, ya desde hace tiempo... alejarme, aun que sea por una noche, lo mas posible de todo y todos... en especial de ella, allí a centímetros de mi, imagino que tan absorta como yo en aquello que ocurre lejos de aquí, en aquello que nos es inalcanzable, se bien que ella, al igual que yo, hoy quiere borrarse del mapa, y olvidar siquiera que existe uno. El papel picado que saco de entre mi cabello, y las luces rojas que se acercan logran distraerme aun más. “que haces” pregunta ella con desden, la forma en que pronuncia y articula las palabras me rebelan que no solo es alcohol lo que hoy corre por sus venas. “Hago dibujos en el vidrio” respondo sin mirar, mientras observo las luces alejarse. “no tienes por que tratarme así, podríamos perfectamente...” las palabras salieron de repente de su boca como si las estuviese guardando toda su vida, palabras que estaban desesperadas por salir, pero aun así parecían contenerse “... podríamos hablar, es decir, ni siquiera hablamos en el cumpleaños” se bien que vendrá después de esto. El auto se detiene, ambos bajamos, y entramos a un edificio, ella presiona un botón... las puertas de un elevador se abren. No recuerdo exactamente que ocurrió esa noche en elevador... recuerdo un beso y haber tomado su mano, recuerdo haber sido sincero... pocas las palabras pero significaban mucho. Ella también... recuerdo que ella dijo algo que sonó sincero, sus ojos se volvieron cristalinos y soltó mis manos. Para el momento en que las puertas del elevador se abrieron, ella dio un paso a delante, sonrió y beso mi mejilla... estaba satisfecha. Las puertas del elevador se cerraron nuevamente, con ella en el otro lado, abajo el auto me esperaba, imagino que de alguna torcida forma yo también estaba satisfecho, no estoy muy seguro. De vuelta en el auto mis dibujos habían desaparecido. No nos hemos vuelto a ver desde entonces.

16 mayo, 2006

Ella y el

Ella... bueno ella quiere tener sexo. Ella ya es tiene edad para hacerlo, es madura, y todas sus amigas y compañeras en la universidad lo han hecho ya (por no decir lo bella que es y que oportunidades en el pasado no le han faltado). Ella esta decidida, quiere tener sexo, y para eso esta el ¿no? El, bueno el no esta tan seguro. El, ya por un tiempo ha estado buscando alquilen con quien conectar, alguien a quien amar... ¿y quien lo diría? esta enamorado, el se goza de tomarle la mano, mirarla a los ojos y besarla frente a sus compañeros y pedirle, por las noches, a Dios que la cuide... para eso esta ella ¿no? En la noche después de pasar todo el día besándola y acariciándola, el rechaza la invitación que ella le extiende para entrar a su habitación, el dice que tiene que estudiar y se va a su casa, una vez allí el prende la computadora pone algo de pornografía y se masturba hasta no poder más, luego se recuesta pensando en ella, sintiéndose culpable. Ella, después de pasar todo el día besándolo y tocándolo, le invita a su habitación sugiriendo sus deseos, mas su oferta es rechazada, el dice que tiene que estudiar y la deja. Ahora sola ella se recuesta en su cama sin poder dormir... pone sus manos entre sus piernas pensando en su profesor, se masturba sin poder llegar... ninguna sensación... luego, cansada y frustrada piensa en el. Ellos hacen una buena pareja, al menos eso pienso yo... ellos se aman, bueno... en realidad se necesitan, ella necesita alguien con quien tener sexo, y el necesita alguien con quien conectar. Eso es una buena pareja ¿no? El esta cansado de escuchar las risas de sus compañeros y abatido por no poder hacerla feliz, el decide que es hora de dejase llevar, hora de hacer el amor. Ella no puede dejar de escuchar a sus amigas, y esta cansada de su insatisfacción, ella decide ir a la universidad sin ropa interior, es hora de tener sexo. Ella toma la iniciativa y el se deja llevar, ella tiene salvaje y preciado sexo, el hace dulce amor... todos consiguen lo que quieren, sonríen al terminar y regresan a clases. El, ahora, quiere tener sexo, ha olvidado como conectar con alguien o tomarle la mano, ya no le besa frente a sus amigos. Ella ya sabe, ahora necesita a alguien a quien abrasar, alguien de quien sujetar su mano en los pasillos, alguien con quien conectar. Por la noche después de pasar todo el día buscándolo, no ha podido encontrarlo, le llama a su teléfono y le deja mensajes de voz, regresa a casa y recuesta en su cama sin poder dormir, cierra los ojos y pensando en el pone sus manos entre sus piernas... El apaga el teléfono, enciende su DVD, y pone algo de pornografía mientras piensa en alguna chica al azar... Algún día el, cansado de escuchar a sus amigos resolverá tomar la iniciativa, ella escuchando los consejos de sus compañeras decidirá dejarse llevar... ¿Quién sabe? Yo por mi parte aun creo que forman una buena pareja, ambos se necesitan... ella necesita alguien con quien conectar... el necesita una chica al azar.

09 mayo, 2006

Sol

Mientras la gente ejecuta su monótona danza al compás del vaivén de el metro, los asientos se desocupan y se desocupan a medida que el tren avanza a su lugar de destino y se sumerge cada vez más dentro de la tierra, se pueden ver a dos niños sentados en el suelo abrazando sus bolsos llenos de cuadernos, libros y lápices...

“hecho de menos ver el sol” dice uno mientras el otro le brinda una mirada sesgada, extrañado por aquella frase. “tu sabes... el sol, sobre el cielo” indica el niño apuntando con su dedo índice el techo de el tren, por sobre el cual el concreto, la tierra y más concreto los separan de el objeto de sus pensamientos. “se lo que es el sol” responde con un tono satírico el otro joven, notándose ahora que es mayor en edad que su acompañante, “amarillo y brilla en el cielo” continua, ahora con un tono enojado, mas continua “ha hecho calor estos días... el sol esta en todas partes... a veces eres tan...” calló finalmente con la intención de dar termino a la conversación y evitar decir algo que luego podría lamentar. Después de varios minutos de silencio, varias estaciones más allá el más pequeño le vuelve a decir “se que ha hecho calor, no soy tonto, es solo... es solo” toma un respiro “es solo que no lo he visto en semanas ya, no recuerdo haber tenido tiempo para verlo ¿lo has visto tu... lo has visto como antes solíamos hacerlo?” termina el pequeño abruptamente evitando dejarse llevar por la extraña emoción que le invade, ambos vuelven a compartir un momento de silencio luego del cual el mayor entre los dos responde con una sonrisa familiar “no te preocupes, lo haremos, cuando lleguemos a casa, si es que aun hay algo de sol, miraremos el cielo como antes”

06 mayo, 2006

Primera Semana de Solemnes

Es fácil sentirse mal cuando todo parece estar en tu contra y el día es gris y el sol se esconde de tu vista, parece ser un excelente momento para empezar a hacerte las grandes preguntas... ¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Por qué a mí? ¿Para que continuo con todo esto? Pero esta semana no ha sido así, no es posible que sea así por más que lo intentes. Oh claro! Todo sí esta en tu contra, como de costumbre, pero el sol brilla por sobre el asfalto, el cielo es azul, incluso uno que otro pájaro osa a cantar de vez en cuando... ¿Cuál es la gracia en días como estos? Estúpidos días primaverales en Mayo, que no te dejan sentirte mal como es debido... te hacen sentir culpable por no estar afuera disfrutando de él, si no que muriéndote de frío a la sombra, no te dejan aprovechar toda esa hermosa falta de animo, toda esa fatiga rica en ganas de no hacer nada, toda esa insatisfacción que hay dentro tuyo... toda esa oscuridad que nace de la presión que hay sobre tu cabeza, esa fuerza imponente que te empuja hacia algo que no eres y que no quieres, o en el mejor de los casos algo que quieres y no debes. A veces, quisiera que esos días grises regresasen pronto para poder deleitarme en mi negatividad, maravillarme en depresivas tardes de meditación e inacción pura, disfrutar de domingos hasta tarde en la cama y leches con chocolate caliente, sin tener que sentirme culpable por ello. )Creo que es chocolateada pero me suena tan mal que decidí dejarlo así(

16 abril, 2006

ahí

“¿Un poco de soda en tus heridas?” pregunta ella mientras se arregla el pelo, mirándose en el espejo de mi habitación. Yo he estado hablando durante ya varios minutos sobre mis problemas y dilemas, se que ella apenas ha tomado atención, la conozco... lo suficiente como para saber a donde va con esa pregunta... “¿o quizás un poco de limón?” continua “Todo depende de cómo quieres que te haga sentir con mi respuesta?” dice, esta vez, dando vuelta su rostro hacia mi, levantándose el pelo mientras yo paso mis manos alrededor de su cuello asegurando una delgada cadena dorada con un simpático (pero a veces siniestro) colgante de unicornio que minutos antes ella puso en mis manos. “Discúlpame, esta vez me he dejado llevar, tu sabes, a veces extraño un poco el contacto humano” le respondo bajando mi voz gradualmente y acercando mis labios a su cuello... “¡tadah!” dice ella girando todo su cuerpo, mostrándose reluciente frente a mi “¿como me veo?” pregunta “fascinante como siempre” respondo echando una ultima mirada a la tv antes de apagarla. “Tenemos que irnos” interrumpe secamente tomando mis manos y llevándome fuera de la habitación donde se detiene para arreglar nuevamente su vestido, mirarme a los ojos, sonreír y darme un beso (se que a ella le entusiasman estas cosas, quisiera sentir al menos un poco de ese entusiasmo) luego, finjo una sonrisa. En realidad ninguno de nosotros parece conectar en un mismo plano, ninguno de nosotros parece estar remotamente interesado en lo que el otro hace o dice, pero ahí estamos los dos, antes de la estúpida gala, juntos como pareja otra vez. (hace sueño, no tengo ganas de editar en este momento, disculpen la falta de sentido, entre otras cosas)

01 marzo, 2006

I don’t want to lose you

Tenemos que hablar” dice ella con su mirada fija en el aire, como si evitase mirarme a los ojos, pero se bien que no es así, no le teme a confrontarme, he llegado a creer que no le teme a nada, pero esa es otra historia... “¿que es esta vez?” respondo desganado, con mis ojos clavados en su pecho... ella viste una vez más una de esas poleras ajustadas sin nada debajo... es inhumano no esperar que uno no se deje llevar por tal invitación... incluso yo quedo hipnotizado de vez en cuando por esos jeans ajustados que usa... a veces me siento mal por sentirme así, verla de esa manera, al fin y al cabo... se supone que ella es importante para mi ¿no?... ¿especial? Recorriendo los pasillos de mi casa llegamos a mi habitación, por alguna razón me doy cuenta de que en el trayecto ella ha tomado mi mano, le miro y me devuelve la mirada con angustia, esta vez va en serio, ella quiere hablar, yo lo he evitado durante semanas. “¿que ocurre?” le pregunto una vez que ambos estamos recostados sobre mi cama, y mientras ella prende la televisión y pone play al dvd que ella ya ha escogido para ver esta noche... su cabeza reposa sobre mis piernas, sus manos juguetean entre mi camisa y mi piel, para ver si logra hacerme sentir cosquillas. Esa imagen se ha vuelto tan común entre los dos que ninguno lo ha pensado, parecemos estar condicionados a llegar a la misma posición, viendo alguna película... recostados sobre mi cama… “¿Qué pasará con nosotros?” regresa la pregunta, esperando una respuesta de mi parte, una respuesta que ella conoce pero prefiere esperar a que yo lo diga, mientras me mira con ojos cristalinos, pocas veces la he visto así, siempre he pensado en ella como una persona mucho mas fuerte que yo, mucho mas fuerte que cualquiera, pero en el fondo, es una chiquilla, como yo, un par de niños que se han dejado llevar por lo que sienten que esta bien, y así, el hermoso bosque en el que se han internado a jugar se vuelve cada vez más oscuro y siniestro, más malvado y atormentador a medida que cae la noche. “lo se, lo se” le miro aun más angustiado, esconder reflexivamente mis emociones (como lo haría normalmente) se ha vuelto imposible. “las clases comenzaran” me dice tirando del extremo de mi camisa con ambas y acercándosela a su boca, ya ha pasado mucho tiempo desde que vi una imagen tan enternecedora. “no... no creo...” una lagrima en su mejilla me interrumpe, ninguno de los dos ve la tv (aun no puedo recordar que dvd eligió ella esa noche) “...no quiero amarrarte” logro continuar después de un suspiro “eres un espíritu libre, y eso es lo que me encanta de ti...” ya a esta altura mi voz es temblorosa y disfónica, ella cubre sus ojos con mi camisa, y aprieta mi mano, se encoge de piernas y las entrelaza con las mías... yo acaricio su mejilla y saco una sonrisa con la que logro continuar. “lo se, lo se” dice ella esta vez, aun cubriéndose el rostro, dejando entrever sus ojos. Haciendo el intento de cobijarla entre mis brazos la conversación terminó, así tan rápida y melancólicamente como comenzó, ella se tiene que alejar y continuar sus estudios, lo se bien, y yo debo quedarme para hacer lo mismo, ella lo sabe bien. “I don’t want to lose you” ella suspira en mi oído con una dulce y eterna voz... voz que aun hace ecos en mi memoria. Recuerdo haber despertado con el sol aquella mañana, recuerdo sus besos y caricias, recuerdo haberla tenido entre mis brazos... imagino que eso queda para mi, esos recuerdos... después de todo, no hay mucho que pueda hacer ya. (a Andrea) (con sueño, es tarde, no pienso releerlo para edición)

Exist no more...

“Just go to bed and go to sleep. Slip into a dream or into pure black. Just sleep... your mind blank. Inhale the cold, cold misty air. You’re freezing, your mind bright as hell.” As if in an endless abyss, I walk in my mind, ravishing my own thoughts and reconstructing them. Descending... more into the white abyss of mist. See myself passing through it, towards the water. How the wind is harsh on my chest... Tears are no use, I know it. So I don’t cry,only shiver. It’s too cold and the moon seems to be reflecting it. ”He exists no more,” says one of my hallucinations. And I see him perishing off the ledge. I look up, eyes closed. I just sleep... my mind blank. I inhale the cold, cold misty air, My mind bright as hell. And I just smile...

01 febrero, 2006

Secreto

(a short history by me) “tengo un secreto, un gran secreto.. y te lo contare a ti algún día...” Fue lo que me dijo una vez mi anciano de mi abuelo después de terminar alguna de esas falsas historias sobre su vida que solía contar. Yo no supe que eran falsas si no hasta entrar en la adolescencia donde comprendí por sentido común lo imposible de sus hazañas, en ese momento me sentí muy defraudado con él, sin embargo durante toda mi niñez el abuelo fue un héroe para mí... Viejo mentiroso... ...Recuerdo haber pasado horas enteras frente a su puerta, una puerta que nadie quiso abrir para mí: decían que él ya no estaba, y que yo era solo un niño y no podía verlo, que me podía hacer daño y muchas otras estupideces... esa fue una cosa más que me hizo sentir defraudado y frustrado después de lograr comprenderlo todo. En todos aquellos momentos, en los que el destino parecía darme la espalda, recordaba al viejo, quien me mintió por años... de alguna forma culparlo a él parecía alivianar el peso en mi espalda “¿Cuál habrá sido el secreto?” Solía preguntarme a mi mismo en las noches de frío y vigilia... “¡Bahh! Probablemente otra de sus mentiras” solía ser la respuesta que llegaba a mi junto con el sol... el viejo y sus falsas historias… el viejo y su secreto... secreto que nunca me contó. Viejo infame... ....Recuerdo cuando huí de casa, ¿16, 17 años tal vez?, recuerdo las lagrimas en mis mejillas y el frío de la noche... recuerdo el hambre... esa noche pensé en el viejo, una vez más, me imaginaba un mundo diferente, un mundo donde sus historias fuesen reales, y yo conociera ese secreto, y en el hallaría la respuesta a todos mis problemas, imaginaba que el simple hecho de saber... saber de que se trataba me hubiese dado la oportunidad de cambiar mi destino... Años después escuche que mi padre había muerto, y que mi madre se había vuelto a casar y que yo tenia hermanos que jamás conocería, durante esos años las cosas se habían complicado para mi, culpar al viejo y a mi familia ya no era suficiente para olvidar el dolor y el hambre, y así nuevos tormentos llegaron para hacerme olvidar, para hacerme sentir tan bien... y tan mal. Recuerdo haber vendido mi alma más de una vez solo para conseguir mi próxima dosis, o un pedazo de pan, o algo en donde dormir... fueron tiempos duros... pero no durarían mucho más tiempo. Esta noche se termina, ya no me queda nada más que vender o perder excepto por mi vida, vida que ya no tiene valor alguno, ni siquiera para mi mismo, por eso estoy aquí… sumergiendo mi cuerpo en lo más profundo del océano, donde ni las luces del puerto ni el titilar de las estrellas me pueden iluminar... la oscuridad absoluta. Abro los ojos y siento el fuego de la sal entrando en ellos, veo al viejo de contándole su secreto a un niño que se encuentra sentado frente a su puerta. Intento alcanzarlos pero comienzan a desvanecerse en la oscuridad que deja de ser completamente negra para tornarse algo rojiza... un ultimo grito de odio al maldito viejo y a los suyos y siento como las burbujas de aire se escapan de mi lánguido cuerpo, siento como pierdo la rabón y miles de recuerdos pasan frente a mi... y en ellos veo algo que me estremece... vivencias que había olvidado, ya hace demasiado tiempo… una última imagen pasa ante mis cegados ojos antes de que la muerte tome lo que queda de mi... un viejo llevando en sus brazos a un niño adormecido, al recostarlo sobre su cama el viejo le susurra al oído: “Tu eres mi secreto... eres mi tesoro” (no editado... no releido, me da lata hacerlo)

02 enero, 2006

Cena de año nuevo

primera parte (Cerdos pomposos)
He pasado toda mi vida tratando de evitar el contacto con ellos, el contacto con lo que representan para mi, y el contacto con su estilo de vida, pero cada cierto tiempo nuestras responsabilidades en común nos obligan a cumplir con esporádicas reuniones y celebraciones... ¿Quién lo diría? Esta vez ellos lo han llevado un paso más allá, se han atrevido a invitarme para celebrar año nuevo con ellos... en su casa... en sus terrenos... en su vida. Mis abuelos. Mis abuelos son estereotipos del bienestar monetario judío de alto nivel. Para divertirse él juega golf y compra caballos, ella viaja a Paris para comprarse ropa. Para socializar él fuma habanos y bebe whisky de 18 años con sus amigos del club de campo, ella organiza fiestas de alta sociedad en beneficio de quien sabe que, y quien sabe donde. Judíos bien alimentados, ostentosos, y adinerados, nunca se interesaron en mi, un simple niño nacido en una familia de clase media trabajadora, hasta ahora... que interesante, hasta ahora que estudio ingeniería e la universidad. Ahora parezco ser de algo de interés (o al menos eso pensé) Hasta las calles huelen diferente aquí... las rejas de las casas son altas, y así también lo son los techos, y las estatuas que adornan los jardines, camino a casa de mis abuelos trato de repasar en mi cabeza esa ultima conversación telefónica con ella, mi abuela, llamando a mi celular para confirmar mi asistencia, recuerdo haberla notado tan entusiasmada cuando le dije que no llevaría una “acompañante”... “no te preocupes” dijo ella mientras yo extrañado dejaba que una enorme pausa hiciese lo imposible, hacer aun mas incomoda una charla entre los dos. Toda mi vida he pensado en ella como una muñeca de porcelana, incapaz de “sentir” realmente cualquier cosa, más preocupada en “como” dejando de lado el contenido, para ella todo ha de ser de una cierta manera, “el modo convencional, clásico y socialmente aceptable de hacer las cosas” He venido varias veces, pero nunca deja de sorprenderme, una casona gigantesca, una bestia viva gracias a empleados que deambulan por los pasillos como sangre en las venas de una criatura. Empresas han surgido y crecido, y otras han descendido y sido disueltas “desvinculando” a cientos de trabajadores, entre otras miserias y hazañas han sido hechas en el nombre de esta casa, en el nombre de la familia que la mantiene... yo nunca me he considerado parte de esa familia. He llegado tarde, lo se, pues lo he hecho intencionalmente, no estoy dispuesto a pasar horas tratando de romper el hielo con esta familia. Al cruzar las puertas me invitan a sentarme y esperar, pues “el señor y la señora” están en la sala de juegos… espero y espero repitiendo una y otra vez en mi cabeza lo que he de hacer, lo que no he de hacer, lo que no he de decir... mantener la distancia, pero recordando también que son sangre de tu sangre. En ese momento llegan, el con cara de enfado, ella inmutable como siempre, entre saludos, abrazos y besos me recuerdan lo tarde que he llegado, y que falta tan poco para las doce y que no es costumbre retrasar tanto la cena... y que ahora que están todos los invitados… espere un segundo… ¿otros invitados? ¿Quién vendería su alma a esta pareja? ¿Quién perdería su año nuevo de tal manera? ¿Quién...? en ese momento tuve epifanía ¿Una hermosa chica de largo y rubio pelo rizado? Por unas milésimas de segundo pensé que se trataba de una empleada de la casa asomándose detrás de mi abuelo para mirarme… pero no… ¿Quién es ella?
Continua mañana o pasado... me tengo sueño, no quiero seguir escribiendo hoy