20 septiembre, 2005

El Pequeño y el Cielo Naranja.

El pequeño miraba fijamente el cielo a la espera de una nueva victima mientras hermano, de rodillas en el suelo, limpia de hojas la vara que ha encontrado, la que ahora será su instrumento de conquista... ambos con los ojos perdidos e hipnotizados por el colorido despliegue en el celesteazul cielo antes que cambie a naranja y luego oscurezca, pues ambos saben lo que viene junto al cielo naranja antes de oscurecer. Pequeños, redondos y oscuros, cual olivo, ojos en el cielo, siguiendo rombos coloridos y brillantes que se deslizan a gran velocidad sostenidos por el viento e invisibles hilos. El pequeño no se deja distraer, si siquiera por el sol que le recuerda que pronto el firmamento será naranja, ni por los otros pequeños que, como él, se encuentran mirando hacia arriba... todos por sus propias razones, todos esperando una victima... una victima que caiga, todos esperando un poco de gloria. De pronto todas las miradas se concentran en un punto verde en el cielo, un punto que da vueltas sin control y es arrastrado por el viento. Hermano se levanta mientras el pequeño corre, corre hacia el punto verde con los brazos hacia el celesteazul limbo. El pequeño corre como si nunca lo hubiese hecho, sabe que será su ultima oportunidad por hoy de tener un poco de gloria antes de que el cielo se torne naranja, antes de que una fuerte voz de mujer grite su nombre... el pequeño alza sus manos y salta por sobre los demás, tratando de tomar el invisible hilo que conecta la figura verde del cielo con la tierra... el pequeño corre con toda su alma, porque sabe que tiene que volver a casa cuando el cielo naranja llegue, porque sabe que madre no le entenderá, porque recuerda el dolor que significa llegar a casa con ropas sucias... el pequeño corre por que sabe que si llega a casa con un poco de gloria, padre le sonreirá a él en la mesa, claro está antes de gritarle a madre. El pequeño ve caer con emoción el delicado rombo, y luego de un gran salto, lo ve entre sus manos, ve un poco de gloria, ve una sonrisa, ve la envidia de los pequeños que, como él, corrieron pero no llegaron... ve entre sus manos algo que hace que el día valga la pena, acaba de alcanzar unos segundos de felicidad, los suficientes como para olvidar el cielo naranja, para olvidar los golpes de madre y los gritos de padre. Pero así como la gloria llego, se fue. Hermano sabe de sufrimientos, y los lleva como carga atada a él durante mucho más tiempo que el pequeño, y si ve una manera de llevar a su mente a un lugar diferente, tomara esa oportunidad. Hermano toma el premio del pequeño para si, luego empujarlo al suelo y caminar a casa, mientras el pequeño entre lágrimas ve como el cielo cambia de color, mientras escucha una fuerte voz de mujer que grita su nombre recordándole volver a casa... sin gloria, sin sonrisa, sin nada que abrasar por la noche.
"Hay algo de felicidad en aquello que nos aleja de la realidad. Pero cuidado, la realidad esta constantemente pisándole los talones a aquellos que escapan de ella." -Hoichi
(Llegado su momento, lo volveré a leer y quizás corrija algunas cosas... onda los por que... nunca se bien si es porque o por que :S )

¿...?

Pensaba escribir sobre lo arrepentido que estaba por demorarme tanto en escribir algo nuevo, iba a usar como excusa el trabajo que me había tomado subir la edición de septiembre de nadamagazine, y que las pruebas y la universidad y el trabajo absorbían todo mi tiempo… pero la verdad es que he estado evitando escribir aquí por que cada ves que lo hago irremediablemente le hago un Close-Up a mi vida y a lo que siento… y me veo de cerca, tan de cerca que me asusta, que me hace ver lo extraño de todo y lo insatisfecho que me siento… pero luego algo peor… la culpa, si, la culpa, veo que tengo una hermosa familia que me apoya, una linda chica que me viene a ver cuando la casa se siente vacía y solitaria, un perro que se pone contento cuando me ve llegar, amigos, universidad, trabajo… y aun así la eterna insatisfacción. Quizás sea más de lo que pueda pedir… y definitivamente más de lo que merezco… de ahí la culpa ¿Por qué sentirme extraño cuando todo va bien?... de ahí el vacío…¿merezco todo esto?... de ahí la duda ¿será todo verdad? ¿o en realidad me engaño a mi mismo para que todo parezca mejor de lo que esta?... eso explicaría la extraña sensación como una respuesta a la verdad oculta detrás del velo de una sonrisa fingida… o tal ves sea que tengo sueño y hambre, y el trabajo si ha sido mucho, y no me da tiempo para disfrutar lo que tengo...

Imagino que al final nada es excusa para dejar de escribir… por lo que volveré a hacerlo