01 febrero, 2006

Secreto

(a short history by me) “tengo un secreto, un gran secreto.. y te lo contare a ti algún día...” Fue lo que me dijo una vez mi anciano de mi abuelo después de terminar alguna de esas falsas historias sobre su vida que solía contar. Yo no supe que eran falsas si no hasta entrar en la adolescencia donde comprendí por sentido común lo imposible de sus hazañas, en ese momento me sentí muy defraudado con él, sin embargo durante toda mi niñez el abuelo fue un héroe para mí... Viejo mentiroso... ...Recuerdo haber pasado horas enteras frente a su puerta, una puerta que nadie quiso abrir para mí: decían que él ya no estaba, y que yo era solo un niño y no podía verlo, que me podía hacer daño y muchas otras estupideces... esa fue una cosa más que me hizo sentir defraudado y frustrado después de lograr comprenderlo todo. En todos aquellos momentos, en los que el destino parecía darme la espalda, recordaba al viejo, quien me mintió por años... de alguna forma culparlo a él parecía alivianar el peso en mi espalda “¿Cuál habrá sido el secreto?” Solía preguntarme a mi mismo en las noches de frío y vigilia... “¡Bahh! Probablemente otra de sus mentiras” solía ser la respuesta que llegaba a mi junto con el sol... el viejo y sus falsas historias… el viejo y su secreto... secreto que nunca me contó. Viejo infame... ....Recuerdo cuando huí de casa, ¿16, 17 años tal vez?, recuerdo las lagrimas en mis mejillas y el frío de la noche... recuerdo el hambre... esa noche pensé en el viejo, una vez más, me imaginaba un mundo diferente, un mundo donde sus historias fuesen reales, y yo conociera ese secreto, y en el hallaría la respuesta a todos mis problemas, imaginaba que el simple hecho de saber... saber de que se trataba me hubiese dado la oportunidad de cambiar mi destino... Años después escuche que mi padre había muerto, y que mi madre se había vuelto a casar y que yo tenia hermanos que jamás conocería, durante esos años las cosas se habían complicado para mi, culpar al viejo y a mi familia ya no era suficiente para olvidar el dolor y el hambre, y así nuevos tormentos llegaron para hacerme olvidar, para hacerme sentir tan bien... y tan mal. Recuerdo haber vendido mi alma más de una vez solo para conseguir mi próxima dosis, o un pedazo de pan, o algo en donde dormir... fueron tiempos duros... pero no durarían mucho más tiempo. Esta noche se termina, ya no me queda nada más que vender o perder excepto por mi vida, vida que ya no tiene valor alguno, ni siquiera para mi mismo, por eso estoy aquí… sumergiendo mi cuerpo en lo más profundo del océano, donde ni las luces del puerto ni el titilar de las estrellas me pueden iluminar... la oscuridad absoluta. Abro los ojos y siento el fuego de la sal entrando en ellos, veo al viejo de contándole su secreto a un niño que se encuentra sentado frente a su puerta. Intento alcanzarlos pero comienzan a desvanecerse en la oscuridad que deja de ser completamente negra para tornarse algo rojiza... un ultimo grito de odio al maldito viejo y a los suyos y siento como las burbujas de aire se escapan de mi lánguido cuerpo, siento como pierdo la rabón y miles de recuerdos pasan frente a mi... y en ellos veo algo que me estremece... vivencias que había olvidado, ya hace demasiado tiempo… una última imagen pasa ante mis cegados ojos antes de que la muerte tome lo que queda de mi... un viejo llevando en sus brazos a un niño adormecido, al recostarlo sobre su cama el viejo le susurra al oído: “Tu eres mi secreto... eres mi tesoro” (no editado... no releido, me da lata hacerlo)